La paz: Es un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en sentido negativo, como ausencia de inquietud, violencia o guerra. Se representa con una paloma blanca que en el pico lleva una rama de laurel.
miércoles, 29 de febrero de 2012
'Libertad','justicia','paz'
La libertad: es la capacidad que posee el ser humano de poder obrar según su propia voluntad, a lo largo de su vida; por lo que es responsable de sus actos. El estado de libertad define la situación, circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto, ni impedido al deseo de otros de forma coercitiva. En otras palabras, aquello que permite al hombre decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos.
La justicia: Es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones. La justicia se representa con una mujer sosteniendo una balanza, en la mano lleva una balanza como símbolo de igualdad y una espada para castigar a aquellos que han cometido un delito.
La paz: Es un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en sentido negativo, como ausencia de inquietud, violencia o guerra. Se representa con una paloma blanca que en el pico lleva una rama de laurel.
La paz: Es un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en sentido negativo, como ausencia de inquietud, violencia o guerra. Se representa con una paloma blanca que en el pico lleva una rama de laurel.
miércoles, 22 de febrero de 2012
LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS
La convención sobre los derechos de los niños
La Convención sobre los Derechos del Niño reúne los derechos humanos de la infancia que estaban articulados en otros instrumentos internacionales. Esta Convención articula los derechos de un modo más completo y proporciona una serie de principios rectores que conforman el concepto fundamental que tenemos de la infancia.
Esta recopilación y clasificación de los derechos humanos de la infancia establece el entorno y ofrece los medios necesarios para permitir que todos los seres humanos desarrollen su pleno potencial. Los artículos de la Convención, además de establecer los principios básicos que sirven de base a la realización de todos los derechos, exigen la prestación de recursos, aptitudes y contribuciones específicos, necesarios para asegurar al máximo la supervivencia y el desarrollo de la infancia. Los artículos también exigen la creación de mecanismos para proteger a la infancia contra el abandono, la explotación y los malos tratos.
La educación básica se caracteriza por su alta tasa de cobertura, casi universal, combinada con altas tasas de repitencia y sobreedad. El fracaso escolar es un problema a enfrentar ya que marca posibilidades presentes y futuras de los niños y niñas. En la educación básica se observan problemas de calidad que pueden revertirse fortaleciendo políticas destinadas a mejorar la escuela; sin embargo, hay otros problemas derivados del contexto, como es el trabajo infantil. Además, se presentan situaciones de vulnerabilidad y violencia, como el maltrato, abuso, explotación y la discriminación, que impactan sobre las posibilidades educativas de los niños, niñas y adolescentes.
El nivel medio, avanza en sus niveles de cobertura, pero no tiene capacidad suficiente para sostener con calidad a la población escolar y contiene los más altos porcentajes de abandono del sistema. Es, precisamente, en la educación destinada a los adolescentes donde se hace evidente el nudo más crítico del sistema escolar. El acceso y la retención con calidad de los adolescentes exigen propuestas innovadoras y escuelas y profesores formados en nuevas áreas del conocimiento, teniendo en cuenta las nuevas problemáticas, lenguajes y culturas, así como los cambios en las formas de acceso a la información y las necesidades de participación en una sociedad exigente, desigual y cambiante.
Las desiguales oportunidades están reflejadas también en las posibilidades educativas según el nivel de ingreso de los hogares. A pesar de que los niveles de cobertura escolar (niveles básico y secundario) están entre los más altos de la región, no todos los que ingresan a la escuela la culminan.
En este contexto, hay que mencionar la especial situación de la niñez indígena. La información sobre la situación socioeducativa de los pueblos indígenas es insuficiente; sin embargo es posible señalar la desigualdad y la vulneración del derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes indígenas.Los problemas se centran en la insuficiente oferta educativa fundamentalmente de escuelas secundarias, en la calidad de la educación básica destinada a estas poblaciones y en la formación de los maestros.
En los años recientes las respuestas del gobierno en materia educativa han logrado una expresión significativa en la sanción de nuevas leyes, que otorgan importantes oportunidades para alcanzar las metas de una educación de calidad para todos. La Ley de Financiamiento Educativo asegura recursos crecientes hasta alcanzar un presupuesto de educación consolidado equivalente al 6% del PIB hacia 2010. Por su parte, la Ley de Educación Nacional introduce, entre otras innovaciones, el reconocimiento del derecho de la educación como bien público o la creación de nuevas modalidades educativas. Además, el Ministerio de Educación creó en el marco de esta Ley el Instituto Nacional de Formación Docente, con funciones estratégicas para promover cambios en uno de los pilares de la calidad educativa.
¿Qué podemos hacer nosotros para solucionarlo?
La Convención sobre los Derechos del Niño se ha utilizado en todo el mundo para promover y proteger los derechos de la infancia. Desde su aprobación, en el mundo se han producido avances considerables en el cumplimiento de los derechos de la infancia a la supervivencia, la salud y la educación por medio de la prestación de bienes y servicios esenciales, y un reconocimiento cada vez mayor de la necesidad de establecer un entorno protector que defienda a los niños y niñas de la explotación, los malos tratos y la violencia.
Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para crear un mundo apropiado para la infancia. Los progresos han sido desiguales, y algunos países se encuentran más retrasados que otros en la obligación de dar a los derechos de la infancia la importancia que merecen. Y en varias regiones y países, algunos de los avances parecen estar en peligro de retroceso debido a las amenazas que suponen la pobreza, los conflictos armados y el VIH/SIDA.
Todos y cada uno de nosotros tenemos una función que desempeñar para asegurar que todos los niños y niñas disfruten de su infancia. Si usted es un padre o madre, maestro, trabajador social u otro profesional que trabaje con niños y niñas, aumente el grado de información que éstos tienen acerca de la Convención sobre los Derechos del Niño. Si usted es un miembro o empleado de una organización que trabaja en favor de los derechos de la infancia, aumente el grado de información sobre la Convención y sus Protocolos Facultativos, investigue y documente las medidas y políticas que toma el gobierno e incorpore a las comunidades en la promoción y protección de los derechos de la infancia. Si usted es un miembro de los medios de comunicación, promueva el conocimiento y la comprensión de los derechos de la infancia y ofrezca un foro para la participación de niños y niñas en la sociedad. Si es un parlamentario, asegure que todas las leyes existentes y nuevas, así como la práctica judicial, sean compatibles con las obligaciones internacionales de su país, supervise las acciones, políticas y presupuestos del gobierno, e incorpore a la comunidad -incluidos los niños y niñas- en la toma de decisiones sobre estos temas.
Todo el mundo puede participar en el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos de la infancia. Y UNICEF puede prestar ayuda. Quienquiera que usted sea, sírvase dirigirse a la oficina local de UNICEF o Comité Nacional de su país para ver cuál puede ser su misión.
La Convención sobre los Derechos del Niño reúne los derechos humanos de la infancia que estaban articulados en otros instrumentos internacionales. Esta Convención articula los derechos de un modo más completo y proporciona una serie de principios rectores que conforman el concepto fundamental que tenemos de la infancia.
Esta recopilación y clasificación de los derechos humanos de la infancia establece el entorno y ofrece los medios necesarios para permitir que todos los seres humanos desarrollen su pleno potencial. Los artículos de la Convención, además de establecer los principios básicos que sirven de base a la realización de todos los derechos, exigen la prestación de recursos, aptitudes y contribuciones específicos, necesarios para asegurar al máximo la supervivencia y el desarrollo de la infancia. Los artículos también exigen la creación de mecanismos para proteger a la infancia contra el abandono, la explotación y los malos tratos.
Todos los niños y niñas tienen los mismos derechos. Todos los derechos están mutuamente relacionados y tienen la misma importancia. La Convención hace hincapié en estos principios y se refiere la responsabilidad de los niños y niñas de respetar los derechos de los demás, especialmente sus progenitores. Por el mismo motivo, la comprensión que tienen los niños de los temas que se suscitan en la Convención depende de su edad. Ayudar a la niñez a comprender sus derechos no significa que los progenitores deben obligarles a tomar decisiones cuyas consecuencias no puede asumir aún debido a su edad.
La Convención reconoce expresamente que la función principal en la crianza de los niños recae en sus progenitores. El texto alienta a padres y madres a abordar con sus hijos cuestiones relacionadas con sus derechos "en consonancia con la evolución de sus facultades" (artículo 5). Los progenitores, que conocen intuitivamente el nivel de desarrollo de su hijo, llevan a cabo esta tarea de forma natural. Los temas que debatan, la forma en que respondan a las preguntas, o los métodos disciplinarios que utilicen, dependerán de si el niño o niña tiene 3, 9 o 16 años.
Mi tema elegido es EL DERECHO A LA EDUCACIÓN
La meta de alcanzar el derecho a una educación de calidad en forma universal para cada niño, niña y adolescente constituye un desafío crucial, ya que la educación tiene implicaciones directas en la posibilidad de ejercer otros derechos y, además, imprime sus efectos en la pobreza y en la meta de alcanzar un desarrollo con justicia social.
En el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) 2, Argentina estableció como meta para el año 2015 lograr que todos los niños, niñas y adolescentes puedan completar la educación básica (10 años de escolaridad completos). Además, la reciente Ley de Educación Nacional establece la obligatoriedad de la educación secundaria, lo que eleva a 13 años esta meta. Esto demanda nuevas respuestas de políticas del sector educativo, así como los esfuerzos de articulación y alianzas de los distintos sectores.
El nivel medio, avanza en sus niveles de cobertura, pero no tiene capacidad suficiente para sostener con calidad a la población escolar y contiene los más altos porcentajes de abandono del sistema. Es, precisamente, en la educación destinada a los adolescentes donde se hace evidente el nudo más crítico del sistema escolar. El acceso y la retención con calidad de los adolescentes exigen propuestas innovadoras y escuelas y profesores formados en nuevas áreas del conocimiento, teniendo en cuenta las nuevas problemáticas, lenguajes y culturas, así como los cambios en las formas de acceso a la información y las necesidades de participación en una sociedad exigente, desigual y cambiante.
Las desiguales oportunidades están reflejadas también en las posibilidades educativas según el nivel de ingreso de los hogares. A pesar de que los niveles de cobertura escolar (niveles básico y secundario) están entre los más altos de la región, no todos los que ingresan a la escuela la culminan.
En este contexto, hay que mencionar la especial situación de la niñez indígena. La información sobre la situación socioeducativa de los pueblos indígenas es insuficiente; sin embargo es posible señalar la desigualdad y la vulneración del derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes indígenas.Los problemas se centran en la insuficiente oferta educativa fundamentalmente de escuelas secundarias, en la calidad de la educación básica destinada a estas poblaciones y en la formación de los maestros.
En los años recientes las respuestas del gobierno en materia educativa han logrado una expresión significativa en la sanción de nuevas leyes, que otorgan importantes oportunidades para alcanzar las metas de una educación de calidad para todos. La Ley de Financiamiento Educativo asegura recursos crecientes hasta alcanzar un presupuesto de educación consolidado equivalente al 6% del PIB hacia 2010. Por su parte, la Ley de Educación Nacional introduce, entre otras innovaciones, el reconocimiento del derecho de la educación como bien público o la creación de nuevas modalidades educativas. Además, el Ministerio de Educación creó en el marco de esta Ley el Instituto Nacional de Formación Docente, con funciones estratégicas para promover cambios en uno de los pilares de la calidad educativa.
¿Qué podemos hacer nosotros para solucionarlo?
La Convención sobre los Derechos del Niño se ha utilizado en todo el mundo para promover y proteger los derechos de la infancia. Desde su aprobación, en el mundo se han producido avances considerables en el cumplimiento de los derechos de la infancia a la supervivencia, la salud y la educación por medio de la prestación de bienes y servicios esenciales, y un reconocimiento cada vez mayor de la necesidad de establecer un entorno protector que defienda a los niños y niñas de la explotación, los malos tratos y la violencia.
Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para crear un mundo apropiado para la infancia. Los progresos han sido desiguales, y algunos países se encuentran más retrasados que otros en la obligación de dar a los derechos de la infancia la importancia que merecen. Y en varias regiones y países, algunos de los avances parecen estar en peligro de retroceso debido a las amenazas que suponen la pobreza, los conflictos armados y el VIH/SIDA.
Todos y cada uno de nosotros tenemos una función que desempeñar para asegurar que todos los niños y niñas disfruten de su infancia. Si usted es un padre o madre, maestro, trabajador social u otro profesional que trabaje con niños y niñas, aumente el grado de información que éstos tienen acerca de la Convención sobre los Derechos del Niño. Si usted es un miembro o empleado de una organización que trabaja en favor de los derechos de la infancia, aumente el grado de información sobre la Convención y sus Protocolos Facultativos, investigue y documente las medidas y políticas que toma el gobierno e incorpore a las comunidades en la promoción y protección de los derechos de la infancia. Si usted es un miembro de los medios de comunicación, promueva el conocimiento y la comprensión de los derechos de la infancia y ofrezca un foro para la participación de niños y niñas en la sociedad. Si es un parlamentario, asegure que todas las leyes existentes y nuevas, así como la práctica judicial, sean compatibles con las obligaciones internacionales de su país, supervise las acciones, políticas y presupuestos del gobierno, e incorpore a la comunidad -incluidos los niños y niñas- en la toma de decisiones sobre estos temas.
Todo el mundo puede participar en el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos de la infancia. Y UNICEF puede prestar ayuda. Quienquiera que usted sea, sírvase dirigirse a la oficina local de UNICEF o Comité Nacional de su país para ver cuál puede ser su misión.
En mi punto de vista todos los derechos humanos son esenciales, pero he elegido el de la educación porque me parece muy importante e imprescindible para vivir. Con unos estudios, aprendes y con esfuerzo puedes conseguir trabajo. Al conseguir trabajo, ganas dinero y vas creando tu entorno, una casa, un coche e incluso una familia. Son piezas que encajan unas con otras para crear tus propios planes de vida. Me parece muy injusto los niños que no tienen una educación, que desde que son pequeños trabajan para sobrevivir y no saben ni escribir ni leer. El mundo es tan grande y tan desequilibrado que es difícil solucionarlo. Pero si todos pusiésemos un granito de arena al menos lo estaríamos intentando. Un proyecto que tengo para el futuro y que me gustaría realizar es que si tengo dinero, con una parte de ello lo aprovecharía para hacer un viaje a otro país donde haya más pobreza y ayudar a los niños de allí. Saldría de mi entorno y me abriría los ojos para ver mas allá, la forma de vida de los niños pobres. Y aparte de ayudarles todo lo posible y sacarles al menos una buena sonrisa, estaría viviendo en otras culturas, en otro ideal de vida al que estoy acostumbrada. Me encantaría poder llevarlo a cabo y si soy capaz lo haré. Con cosas así podríamos llegar a solucionarlo, si todos o gran parte de nosotros pusiésemos de nuestra parte.
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